miércoles, 2 de enero de 2008

Sobre mi gusto por los puntos suspensivos...

La sensación que experimento al utilizar los puntos suspensivos es inigualable... En mis conversaciones por el mensajero uso y, quizá, abuso de ellos. Pero, por ahí se dice: "Al buen entendedor, pocas palabras." Wittgenstein decía que de lo que no puede hablarse es mejor callar. Yo estoy de acuerdo con él. Incluso, creo que soy más radical. A veces creo que, dada la limitación de nuestro lenguaje para expresar lo que sentimos, pensamos y queremos decir, valdría la pena dejar de escribir y limitarnos a actuar. La acción es menos ambigua que la palabra.
No soy un parlanchín, tampoco un antisocial, pero sí un hombre de muchos silencios, y éstos sólo he podido expresarlos en mis escritos mediante los puntos suspensivos. Ahora que lo pienso, creo que una clara prueba de que soy un hombre de silencios es mi ausencia de este blog por más de seis meses.

Por fin...

"Otra vez lo estoy haciendo. No estoy siendo honesto conmigo. Otra vez estoy cerrándome a una posibilidad. Pareciera que mis mecanismos de defensa me dominan. Castrar mis sentimientos y mis emociones. He optado, una vez más, por la máscara. Soy una marioneta que se muestra feliz y afable a los demás, pero por dentro estoy fracturado. No quiero compasión o quizá sí, pero no de mis amigos. A ellos los tengo siempre. Busco otra cosa... la compañía de una mujer. En este momento me duele que ella no sepa que la quiero, que me gusta y que deseo iniciar una relación con ella."
El párrafo anterior era parte de texto que había decidido titular Honestidad y que comencé a escribir hace unos meses. En las líneas de arriba hacía manifiesto que no estaba siendo honesto conmigo. Afortunadamente, ha cambiado un poco la historia. Aunque me siento tranquilo porque he dejado de engañarme y porque le he dicho a Ella lo que siento, parece que el resultado es el mismo: sigo solo.

Parece que regreso...

Tengo más de seis meses sin escribir, más de tres, sin leer un buen libro y poco más de dos, sin ver anime. Me he alejado de todo lo que me gustaba. Desconozco la razón. Algunos dirán que he entrado en alguna depresión; otros, que he cambiado de intereses y, los menos, que me he vuelto más social. La verdad es que no lo sé. No sé que ha pasado conmigo estos últimos meses. Tengo la sensación de que he desperdiciado el tiempo, que he hecho muchas cosas, pero ninguna digna de mención. Quizá por ello, he dejado de escribir en el blog. Me siento un poco vacío.